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El otro día jugando a un juego de pescar con mi hija de tres años me di cuenta de lo que se estaba esforzando por ganarme, en verdad yo también lo estaba haciendo, la enana no veas como juega y aunque hace pequeñas trampas como agarrar el pez cuando se le cae por el camino lo hace muy bien. El resultado es que gané por un solo pez y se pilló un enfado que no volvimos a jugar. ¿De dónde ha sacado esas ganas de ganar con solo tres años recién cumplidos? ¿y esa valoración de la victoria por encima de la derrota? Yo lo tengo claro, de la propia sociedad en la que vivimos en la que o compites por ese juguete o te quedas jugando con el aire o vas a por otro que no quieres… ¡Hoy quiero darte mi visión de lo que se ha convertido el mundo del fútbol y de las increíbles diferencias que nos encontramos entre las categorías de fútbol base y las categorías profesionales. En unas se ha asimilado el concepto de participación y en la que lo importante no es ganar y en otra el concepto de ganar es importante por encima de todo. Todo tiene matices y nos conviene analizarlos desde nuestro punto de vista. Como entrenadores de fútbol que somos… ¿Qué nos interesa a nosotros?

Soy consciente de que nuevamente me meto en un jardín con demasiados conceptos que analizar, muchos matices y diferentes perspectivas que me pueden crear más problemas que beneficios, pero aquí estamos para aportar nuestra visión como ya lo hicimos en el este artículo.

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¿Qué vamos a ver en el artículo?

Lo que nos repiten cuando entrenamos en fútbol base: Ganar no es lo importante.

Hay una serie de comentarios que escuchamos día tras día cuando estás entrenando en categorías de niños más pequeños, en los que prima la formación por encima de la competición: Lo importante es que los niños aprendan.

No puedo estar más de acuerdo con esa frase, lo importante es que los niños aprendan… y si es ganando mejor que perdiendo.

Porque nos encontramos en un momento en el que parece que hablar de ganar con niños es malo, parece que ganar es algo malo y lo malo no es ganar lo malo es perder y enseñar el conformismo que trae la derrota. Detrás de ganar hay valores como el esfuerzo y el espíritu de superación que la derrota no trae. Perder es muy sencillo y no necesita de esfuerzo, si das normalidad a la derrota los jugadores se dejarán llevar y estaremos consumiendo el espíritu de superación.

«Normalmente perdemos, pero no pasa nada» » Es que somos más pequeños y este año nos toca perder» son frases que esconden conformismo y eso es muy peligroso a largo plazo. El niño sabe cuando entra al campo, que lo más normal es que pierda ese partido y que ganar no es importante. ¿Qué actitud va a tener en el partido? ¿La de superación para lograr un objetivo final o la de dejarse llevar?

Las competiciones en el fútbol base

Las diferencias en el fútbol base en muchas categorías son altas, nos encontramos con diferencias físicas que no hacen más que distanciar entre los equipos. Hay competiciones que con muy buen criterio han dividido las categorías en 2 años, de tal manera que las diferencias físicas se acortan, pero siguen surgiendo diferencias en lo técnico y lo táctico, que son aspectos madurativos. Un niño más maduro aprenderá antes conceptos que uno menos maduro y las diferencias seguirán existiendo. Pero ahí entra el entrenador. Que para eso está, para buscar que el tiempo de aprendizaje de conceptos se reduzca lo máximo posible, no para acompañar a sus jugadores en el sufrimiento del partido y darles apoyo moral.

Si, se lo que estáis pensando… ¿Cuándo tienes un equipo inferior a tu rival que haces?

Pues marcar objetivos que permitan ganar y que te acerquen a ganar en algún momento. Eso es formación, enseñar conceptos que me ayuden a mejorar. No me canso de ver equipos de niños pequeños en los que reciben semana tras semana goleadas que no hacen más que hundirles. Llegar a casa indiferentes, salir del partido como si nada.

  • ¿Te lo has pasado bien?
  • Si.
  • ¿Siiiii??? ¿De verdad?

Generar la sensación de ir a un partido para ver «cuantos nos meten hoy» es la peor sensación que se puede tener y muchos entrenadores la generan sin querer.

¿No crees que como entrenador puedes hacer algo más?



¿Cómo orientar los entrenamientos cuando tu equipo es inferior?

«Mira, perdemos todas las semanas, pero mis chicos disfrutan, se lo pasan bien, son una piña y les encanta venir a jugar»

Fantástico, has logrado algo que muchos no logran ganando, tener el grupo unido. Pero ¿y de la actividad que hacen que me puedes contar? ¿Están mejorando? ¿Has pensado que si además compitiesen les estás enseñando valores que les van a servir para otras cosas? Y no estamos hablando de ganar por encima de cualquier cosa, estamos hablando de competir, de sembrar la cultura de esfuerzo, de hacer todo lo posible para acercarles a ganar.

Bien, llegamos al punto en el que se ve si un entrenador tiene capacidades o simplemente es un acompañante que decora sus carencias a base de gritos e indicaciones que solo entiende él.

Si estás en una situación en la que tus jugadores son inferiores a los rivales y todas las semanas sufres goleadas lo primero que debes hacer es analizar a tu equipo:

  • ¿Qué diferencias existen entre mis jugadores dentro de mi equipo y cómo puedo acortarlas?
  • ¿Qué diferencias existen entre mis jugadores con los equipos rivales y cómo puedo acortarlas?
  • ¿Qué objetivos realizables puedo plantear a mis jugadores para que tengan la sensación de estar avanzando?
  • ¿Qué objetivo final puedo proponerles en cada partido?
  • ¿Qué objetivo puedo ponerles durante la temporada?

Si eres capaz de analizar y contestar a estas preguntas sin haber respondido a ninguna de ellas con únicamente «ganar» vas en el buen camino.

¿Por dónde empezar?

Por enseñar a tu equipo a defender. Lógicamente tu primer objetivo es mantener el ánimo de tus jugadores elevado y las expectativas de lograr acercarte a conseguir objetivos el máximo tiempo posible. Si nada más empezar el partido vas perdiendo 3-0 ¿crees que tu equipo mantendrá la misma actitud que al inicio?

El ánimo no se consigue con palabras se consigue con acciones y con verdadera ayuda y la ayuda llega cuando das indicaciones correctas. Cuenta con que vas a recibir goles, cuenta con que va a haber errores y cuenta con que tu indicación no puede ser un simple » no pasa nada chicos».

Trabajar a un equipo de manera defensiva es lo primero que debe hacer un entrenador y si tienes un equipo netamente inferior es algo que deberías hacer sin ninguna duda, durante el tiempo que se necesite. Es prioritario.

¿Cuándo les enseño a atacar? Va en línea al trabajo defensivo, pero debes enseñarles a atacar priorizando el aspecto defensivo. Siempre vas a atacar más y mejor que si tu equipo está en dinámica de recibir goleadas y el rival de golearte. El estado anímico lo es todo en el deporte y la actitud hace ganar y perder partidos.

No todos juegan lo mismo

No, no todos los jugadores de fútbol juegan lo mismo y no todos tienen las mismas capacidades ni condiciones. Lo que si deben tener son las mismas oportunidades. Y hablamos de oportunidades de demostrar, de aprovechar el tiempo, de aprovechar los entrenamientos. Deben tener la misma atención, debes tener el mismo compromiso con el que te marca los goles como el que te marca sin querer en propia puerta. Ambos tienen carencias y ambos necesitan tu ayuda, la misma, para mejorar.

Si hay mismo esfuerzo y mismo compromiso debe haber mismas oportunidades, así de sencillo y tu trabajo es analizar desde arriba que eso es así. Ganar es importante, pero no todo vale y mantener la cohesión del grupo es fundamental por lo que encontrar el equilibrio es una de las tareas más duras como entrenadores.

Mis objetivos como entrenador

No conozco ningún club que fiche entrenadores para que sus equipos pierdan habitualmente pero estén contentos merendando después de los partidos. Como entrenadores si queremos crecer tenemos que ganar. No hay otro camino. Nadie se fija en los equipos que pierden y nadie se fija en un entrenador que pierde para que lleve a su equipo. De la misma manera que no contratarías a un vendedor que no vende pero se lleva muy bien con los clientes que entran en la tienda.

Felices
Jugadores felices después de un partido

¿En que se fijan a la hora de contratar a un entrenador?

En el medio y largo plazo. Si un entrenador ha tenido una progresión de una temporada en la que su equipo perdía y ha logrado llevarlo a un final de temporada en el que su equipo ha mejorado notablemente, ese entrenador es válido, pero tiene que seguir demostrando que es capaz de ganar.

Si un entrenador lleva años ganando y haciendo que sus equipos compitan ese entrenador es válido y ya ha demostrado.

Si un entrenador lleva un equipo que ha comenzado la temporada recibiendo goleadas y a final de temporada su equipo sigue recibiendo las mismas goleadas. Ese entrenador no es válido.

¿Difícil? No tanto, no estás tan lejos, solo tienes que aprender a hacerlo.

Me preocupa la cultura que se ha creado entorno a perder y ganar. Ganar no es malo, como no lo es querer ser el mejor en algo, competir o demostrar que puedes superar a un rival. Lo es la manera en la que lo haces y las cosas que pierdes por el camino. Generar espíritu de superación, cultura de esfuerzo y marcarse objetivos e ir a por ellos es algo que debe ser natural, no solo en el fútbol sino en todos los aspectos de la vida.

Me da que pensar el populismo de la frase ganar no es importante, lo importante es participar. Quedarme mirando dentro del campo, esforzarme al 20% de mi capacidad, no hacer todo lo posible para hacerlo lo mejor que sé no es participar.



Competiciones profesionales. Ganar es importante.

Quiero resaltar también lo que opino de las competiciones profesionales en las que ganar me parece fundamental, ahí los jugadores ya tienen que llegar con la cultura de esfuerzo inculcada y si eres buen futbolista y estás en buen momento juegas y si no lo eres pues no juegas, ahí no se está para formarte, ya debes llegar formado y preparado para competir. ¿Adivinas quién te ha tenido que formar y preocuparse para que tengas esa cultura de esfuerzo?

Nos vemos semana que viene…

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