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Hoy vamos a hablar de los malos ejemplos en el fútbol.El deporte en general sirve como medio para potenciar la auto superación y el valor propio, pero no es ajeno a influencias negativas. En algún momento de sus carreras, figuras influyentes han tenido que recurrir al juego sucio y dejar su honor.

Algunos por orgullo, otros por necesidad, y a veces hasta para desviar la atención de la prensa y el sensacionalismo para no perjudicar el rendimiento del equipo.

Más que un análisis técnico, abordaremos la problemática de los malos ejemplos en el fútbol basados en nuestra opinión y cómo sobrellevar esto que, en ocasiones, se convierte en un mal necesario.

Jugadores que son malos ejemplos en el fútbol son algo del día y a día, y DEBES evitarlo
Los malos ejemplos en el fútbol son algo del día a día, y es algo que DEBES erradicar en tus equipos.

¿Qué vamos a ver en el artículo?

Influencia del fútbol en la sociedad

El fútbol ostenta el título de deporte rey por el alcance que posee a nivel mundial. Grandes figuras influenciaron de cierta manera a futuros deportistas en cuanto al enfoque que daban a su técnica, su visión de juego u otro aspecto relacionado con la práctica del fútbol.

Más de uno habrá tenido a un Raúl o un Zidane como ídolo deportivo. O quizá alguno tuvo a un Del Bosque, o un Aragonés, como figura para planificar tácticas. De alguna manera u otra, el fútbol tiene influencia en la mayoría de las sociedades.

Es bien conocido que los más jóvenes toman un referente deportivo para iniciarse en la práctica de fútbol, u otro deporte. Que lo aprovechan como modelo para adaptarse a su estilo de juego o crear un estilo basado en el del ídolo.

Este nivel de influencia, sin embargo, no siempre es positivo. La historia nos ha mostrado algunos malos ejemplos en el fútbol, a veces construido por los medios de comunicación, que a veces manchan la imagen del club y de los futbolistas.

Actualmente es común ver casos de futbolistas súper estrellas, caprichosos, que desafían la autoridad del entrenador, o buscan crear bandos dentro de los vestuarios y desequilibrar el equipo como consecuencia.

Y son estos los que acaparan la mayor parte de la atención mediática y catalogan a los jugadores con la misma etiqueta. Lo cierto es que el fútbol mantiene los valores deportivos como el juego limpio y respeto al colegiado.

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Los futbolistas, ¿buenos o malos ejemplos en el fútbol?

Pero, ¿en realidad son los mismos futbolistas malos ejemplos en el fútbol? La verdad es que sí que existen jugadores con complejo de estrella que influyen de manera negativa el vestuario, pero hay otros que sí tienen sentido de pertenencia para con el equipo.

El fútbol es un medio para desarrollar las capacidades de los jugadores y formarlos en valores, mostrando las ventajas del compañerismo y el esfuerzo propio, alejando males como el juego sucio.

De este modo, es como el entrenador forma a sus jugadores como personas integrales capaces de aguantar la exigencia del fútbol para evitar así una posible falta de respeto, sea ante el colegiado, sus compañeros o el mismo entrenador.

  • El caso de los buenos ejemplos

Desde el fútbol base se sientan los cimientos de valores deportivos como la sana convivencia del equipo, del juego limpio, el espíritu de la deportividad y el respeto de las reglas.

Un buen jugador deja todo sobre la cancha. Se esfuerza para seguir los lineamientos del entrenador, usa su inteligencia para solucionar los problemas dentro de la cancha, reconoce cuando ha cometido una falta y respeta las decisiones del colegiado.

Educar a los jugadores desde las categorías inferiores ayuda a evitar que estos aprendan malos ejemplos

El buen jugador pone a un lado su ego. El buen jugador sabe aprovechar su ego para mejorar su rendimiento. Busca, junto con el entrenador, soluciones tácticas y aplicarlas dentro del terreno de juego; está plenamente comprometido con el club y con el equipo.

Y por sobre todo, pone bien en alto los valores de la competitividad y evita incurrir en una falta de respeto tanto hacia el colegiado como al rival. ¿Protesta? Solo cuando hay una injusticia evidente.

Y podemos seguir conversando sobre las virtudes de los futbolistas y valores deportivos, ¡pero para eso está la caja de comentarios! ¿Os gustaría una entrada dedicada a la otra cara de la moneda, los buenos ejemplos? Háznoslo saber.

  • Las ovejas negras del fútbol

Y entramos en materia. Los malos ejemplos en el fútbol son los más buscados, son los que colocan en los titulares y los que venden diarios. Vamos, que los mal portados venden más que los buenos. Es la realidad y hay que lidiar con ella.

Es más fácil destruir que construir, y los malos ejemplos, o las ovejas negras del fútbol, la tiene muy fácil para quitar méritos a los futbolistas.

Reciben todo tipo de epítetos, desde niños mimados hasta pecho frío. Y si es cierto que existen futbolistas de enorme talento, pero que por sus comportamientos extra deportivos, influyen de mala manera. Hablamos de aquellos jugadores del fútbol base que tienen en alta estima a jugadores de renombre y algún día aspiran a ser como ellos.



Pero, ¿qué es el talento sin disciplina? Un talento desperdiciado. Y son este tipo de jugadores los que el entrenador debe saber abordar. Los más jóvenes aún tiene posibilidad de ser canalizados en contra del juego sucio, pero ya mayores no hay mucho que se pueda hacer.

Como entrenador, hay que cuidar a nuestros jugadores enseñándoles nuestros conocimientos y la importancia del juego limpio y los valores deportivos. Para los chicos es  sencillo imitar algunas actitudes que los futbolistas profesionales toman, especialmente las malas actitudes.

Zambullidas para coger una falta fácil, entradas directas al jugador, incurrir en una falta de respeto al colegiado, entre otras, son de esas actitudes que como entrenadores debemos corregir.

  • El fútbol rústico

En la actualidad, el fútbol ha ido tendiendo más hacia lo técnico que a lo físico. Se tiene en mejor estima a los jugadores inteligentes, de buena técnica y toque de balón, algo que contrasta con la concepción que se tenía hace no más de 20 años.

El fútbol rústico tiene sus detractores y sus seguidores. El futbolista rústico, tosco pero carismático. ¿Qué sería del fútbol sin la gravesiña?

Si es cierto que el contacto físico excesivo se ha dejado de lado, algunos espectadores extrañan este tipo de juego de antaño. El ojo moderno verá como mal ejemplo a un futbolista que vive rompiendo tibias y tirando camisetas, pero el fútbol de antaño iba más allá de eso.

No había espacio para súper estrellas. O seguías los lineamientos del entrenador, o te marchabas del equipo; ¿es acaso eso un mal ejemplo?

Puede que el excesivo contacto físico se perciba como un mal ejemplo, o juego sucio, al verse como una actividad violenta, pero el lado positivo de aquel fútbol de antaño está en que el futbolista estaba más dedicado al equipo y todo su empeño iba en pro del equipo.

¿El éxito es mala influencia para los futbolistas?

Malos ejemplos en el fútbol

Más que el éxito, la exposición excesiva de los medios y el complejo de súper estrella tiende a perjudicar a los futbolistas tanto a nivel personal como deportivo.

Los malos ejemplos en el fútbol no nacen, se hacen. Y se hacen a través de acciones erráticas originadas sea por la presión y la exigencia o por motivos de otra índole.

Lidiar con la prensa no es fácil, nadie está preparado para este nivel de exposición. Solo aquellos con el carácter, y ego, suficiente pueden dar cara a esto, e incluso entrenadores suelen tomar el papel de chico malo para desviar la atención hacia él para proteger a sus futbolistas.

El éxito convierte personalidades, sea para bien o para mal. Si hablamos de jugadores de fútbol base, quizá este problema no sea tan común, pero la exposición del goleador del equipo o del más destacado se debe tratar.

Antes de ser influenciado por los malos ejemplos en el fútbol, el equipo de psicólogos tiene que asistir al entrenador al momento de ver que uno de sus jugadores se le está subiendo la fama a la cabeza.

Y, además de proteger a nuestros futbolistas debemos enseñarles a ser auténticos. Seguir tendencias limita la creatividad individual de nuestros jugadores, y es mejor incentivarlos a ser auténticos. De este modo será mucho más difícil que malas influencias afecten su desempeño e incurra en malas prácticas.

Consideraciones finales sobre los malos ejemplos en el fútbol

Rescatando el último punto, podemos extenderlo un poco más para recordar qué hacía auténticos a aquellos futbolistas de antaño y cómo solían lidiar con la presión.

En la actualidad tenemos el caso de Cristiano Ronaldo, que bien puede ser un buen o un mal ejemplo para el fútbol, dependiendo bajo qué punto de vista se tenga.

Ser auténtico te permite aguantar todo lo que te arrojen. Forja el carácter. Tener tus ideas claras, tu idea de juego y procedimientos para llevarla adelante también te ayudan a ser auténtico.

Y es, precisamente, lo que buscamos como entrenadores el inculcar en nuestros jugadores. Que sean auténticos y valoren el compañerismo, el juego limpio, la superación y el sacrificio por el equipo sin llegar a emitir una falta de respeto ante un rival.

Los buenos ejemplos prevalecen sobre los malos, solo que los buenos no llaman mucho la atención de las masas. Pero en nuestro equipo, o comunidad, los sabemos valorar como genuinos tesoros. Es así, pues, que nuestra labor como entrenadores está en formar a nuestros jugadores por el camino de la deportividad limpia.

¡Un saludo y hasta la próxima!

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