El deporte y la educación parecen ser incompatibles a primera vista. Compaginar estudios y deporte es la gran carga que nuestros jugadores deben llevar por su cuenta para rendir bien en el cole y en el campo.
Dicha carga puede hacer que, o reprueben el año o renuncien al equipo. Tanto padres como el entrenador están en el deber de orientarles.
Aviso, sí se pueden compaginar estudios y deporte. ¿Cómo? Pues aquí te vamos a contar los puntos clave para ayudar a aquel jugador que esté pasando por este tipo de problema e intervenir inteligentemente como entrenador. Sin más, ¡comenzamos!
¿Qué vamos a ver en el artículo?
Los estudios y el deporte sí pueden compaginarse
La formación integral de los jugadores es una de las responsabilidades del entrenador. No solo a nivel deportivo, también se necesita estimular el lado académico para evitar una excesiva dependencia de la actividad deportiva.
Es sencillo sentarse y ver cómo los futbolistas profesionales ganan sueldos astronómicos, a la vez que hacen donativos a organizaciones de caridad y sustentan a sus propias familias. Sí, ése es un lado de la moneda; pero por el otro lado, la vida útil de un deportista no va más allá de los 35/36 años.
Sí, hay casos como el de Ibrahimovic o Paolo Guerrero, pero no podemos guiarnos por casos excepcionales. ¿Y qué quedará para el resto de la vida de los jugadores? ¿Sabrán administrar sus ganancias?
Es bien sabido que la práctica deportiva estimula la mente, la mantiene sana, pero los estudios permiten asimilar nuevos conocimientos que se quedarán para toda la vida.
¡Pero si hasta los grandes futbolistas estudian! Con ver el caso de Giorgio Chiellini, siendo ganador de varios títulos de la Serie A, que logró hacer una carrera en economía y doctorarse en la misma área siendo jugador activo del cuadro bianconero.
Ellos, los jugadores profesionales, tienen claro que luego de su etapa deportiva necesitan tener un extra que los sostenga por el resto de su vida. Y chapó por Chiellini, que tiene un montón de pasta, mantuvo su formación integral y siendo economista puede llegar a ganar aún más dinero que el que recibe como jugador, ¿inteligente, no?
O apruebas o no hay fútbol, el rol de los padres
Vamos a entrar en materia propiamente dicho, y empezamos con el rol de los padres. Al compaginar estudios y deporte, no pueden obligar al niño a tomar bandos. ¡Un craso error!
Existen dos puntos que, como entrenador, podemos sugerir a los padres que hagan con el niño para que no sienta la presión de decidir entre la práctica deportiva y el cole.
- Mostrar apoyo en todo momento
La familia, el deporte y el estudio son pilares de la formación integral de los niños y jóvenes deportistas. Todo se mueve en conjunto.
Son los padres los que apoyan al niño en casa. Como entrenador, tenemos que sugerir a los padres que hablen con el niño y que escuchen sus inquietudes. ¿De verdad le gusta el fútbol? ¿De verdad quiere seguir una carrera profesional en el fútbol?
Vamos, que a esas edades los niños experimentan, siempre inquietos, qué les mueve y qué no. Si los padres ven que, realmente, el niño va en serio con el fútbol y no se trata solo de una etapa, hay que mostrarle todo el apoyo.
- Asistir al niño en su organización
Pero de manera inteligente. Nosotros como entrenadores podemos facilitar los horarios de entrenos y calendario de partidos de la temporada, de manera que en casa le hagan un horario de actividades que el niño pueda seguir.
La organización del tiempo es la clave. Y no solo estamos apoyándole en su práctica deportiva, sino que también el niño va aprendiendo más acerca de llevar horarios, respetar tiempos, preparación básica que ya de adulto le servirá aún más que en esta etapa formativa.
A partir de aquí, compaginar estudios y deporte se va facilitando un poco más. No obstante, el entrenador también tiene un rol que cumplir.
La intervención del entrenador
Como parte de la formación integral de nuestros jugadores, tenemos también que apoyarlos. Recordemos que, además de formar deportistas, estamos formando personas en valores a través de la práctica del fútbol.
Nuestro aporte para compaginar estudios y deporte tiene que complementar al que hacen los padres en casa. Sí, hay que hacer entender al jugador que debe continuar con sus responsabilidades dentro del equipo.
Pero hay que hacerle entender también que los estudios no se sacrifican. Primero haz que tu jugador exprese lo que tenga que expresar, sus inquietudes y preguntarle cómo se ve dentro del equipo.
A la vez que hacemos de entrenador, nos toca hacer de docente en el campo. Te puede servir usar tu ejemplo, de cómo llegaste a ser entrenador a través de los estudios, o de otros futbolistas que persiguieron carreras profesionales a parte de la suya deportiva. Que entienda que compaginar estudios y deporte se puede hacer.
En cuanto a los días de entreno, pues no le dejes fuera. Puede haber el caso de que tu mejor jugador, el goleador, se haya faltado un entreno porque tenía exámenes finales o tenía que salvar una materia del reprobado.
Si es a final de temporada, no lo dejes por fuera. Convócalo, habla de tú a tú con él, explicarle que es importante que dé lo mejor de sí, que nos estamos jugando la promoción. ¿Qué crees que pensará? Seguramente: ¡menudo marrón! No puedo defraudarles, tengo que dar lo mejor de mí, no puedo rendirme.
Organización del tiempo
Y aquí es donde hacemos los deberes. La organización del tiempo es la herramienta clave para que el jugador logre compaginar estudios y deporte, de la manera más cómoda que le resulte.
Esta organización es netamente personalizada, sin embargo hay ciertos puntos clave que debe incluir en su programación. Entre ellos están:
- Establecer un horario de actividades
Todas aquellas actividades que el jugador realiza en el cole y en el campo las tiene que colocar dentro de un horario.
De este modo puede visualizar cómo su tiempo está distribuido. Son constantes las horas del cole y las de los entrenos. Cuando vea que tiene huecos disponibles en la semana, así sean de 30 minutos, los puede aprovechar al máximo.
Es de suma importancia encontrar estos huecos donde adelantar deberes del cole, de modo que libera más tiempo para otras actividades como el fútbol y el merecido descanso.
- Llevar registro de las actividades escolares y deportivas
El registro a través de un diario de anotaciones es un hábito que permite liberar cargas a la mente. Todo lo que hicimos en el cole y en el campo se traslada al diario para más adelante hacer revista.
¿Qué logramos con esto? Visualizamos con más claridad cómo invertimos nuestro tiempo. Esto complementa al horario de actividades previamente mencionado.
Aquí podemos ayudar a nuestro jugador como entrenador. Dejamos que el chico lleve su registro de actividades escolares por su cuenta y nosotros le facilitamos el diario de los entrenos de la semana.
Además de ayudarle a soportar la carga, le hacemos entender que por un lado tiene actividades de fútbol en donde solo tiene que pensar en fútbol, y por el otro está el cole y su atención tiene que estar enfocada en los estudios. Ayudarle a adoptar una mentalidad cuando está en el aula y otra cuando se calza los tacos y entra al campo.
- Permitirse un día libre
La práctica deportiva requiere el uso de la mayor parte de las reservas energéticas del cuerpo. Al final, necesitaremos un merecido descanso para permitir a los músculos recuperarse y regenerarse.
Dentro de toda programación y organización del tiempo debe existir un, a lo sumo dos, día de descanso. Días donde nos olvidamos del fútbol y el estudio por un momento.
Es en estos días donde nos permitimos unas partidas en la consola, jugar en el ordenador, echarse a ver la tele o cualquier otra actividad de ocio. Pero también se pueden aprovechar para estudiar.
No tiene que ser una sesión intensiva de estudio. Con una hora es suficiente. Una hora dedicada a revisar los apuntes, hacer una tarea, repasar contenidos de la clase, o hasta hacer un curso en línea de nuestra actividad favorita.
Todo lo vale en el día de descanso, de modo que las actividades de ocio y distracción no interfieran en el resto de los días dedicados al entreno y el cole.
- Medir el rendimiento a fin de mes
Los hábitos construyen grandes estructuras. Para empezar, ¿por qué no aupamos al jugador a medir su rendimiento?
Esta estadística la llevamos los entrenadores para ver el estado del equipo y qué áreas mejorar de cara a futuros partidos. Bueno, ¿y por qué nuestro jugador no puede hacer lo mismo?
Eso sí, que mida su rendimiento en el cole, que su rendimiento deportivo es tarea exclusiva de nosotros. A fin de mes puede revisar sus calificaciones, ver dónde tiene que mejorar y qué tiene que mantener; adoptar otros hábitos de estudio, otro ambiente de estudio, en fin, algo que él, y solo él, tiene que organizar.
Y es un ganar-ganar. A parte de aprender un hábito poderoso, no deja a un lado su formación integral en el deporte y el colegio.
Consideraciones finales sobre compaginar estudios y deporte
Nada que un poco de organización del tiempo pueda solucionar para llevar el ritmo a los entrenos y al cole. Este problema es bastante común y como entrenadores debemos saber de ello.
¡Y no más que agregar! Cuéntame si has pasado por una experiencia similar, de algún jugador que se cuestionó abandonar por estudios o que haya tenido problemas de organización para llevar ambas actividades.
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